
Teníamos muchas ganas de ver a Dover en directo por primera vez. Son muchos sus detractores, sobre todo después de aquellos experimentos que hicieron durante la primera década del siglo XXI, uno con sonido electro-pop y otro posterior con ritmos africanos, pero nosotros no podíamos perdernos la vuelta al redil del rock de una de las bandas españolas más importantes de los noventa. Queríamos saber si su nuevo trabajo, Complications, está a la altura de su mítico Devil came to me, discazo dónde los haya y que supuso su salto a la fama, y no por el anuncio de aquella bebida sin gas de la que ya nadie se acuerda, como dicen las malas lenguas, sino porque realmente es un disco cojonudo. Ya intentamos ir el año pasado a La Riviera, último concierto de su gira homenaje Dover came to … continuar