Crónica Leyendas del Rock 2016

Crónica Leyendas del Rock 2016

CARTELCon el Leyendas del Rock 2016 acabado, al cual seguimos considerando el cénit de la diversión veraniega, damos por terminada este año nuestra temporada festivalera, y llega el bajonazo de enfrentarse al mundo real. Para terminar de quemar la morriña de esos brutales cuatro días intentaremos haceros una crónica de lo acontecido.
De nuevo viajando a Villena, la expedición de La Perrera fue acogida una vez más por nuestra fiel Horda Caudetana y esa legión de amigos festivaleros que año tras año se va incrementando. Si nos alucina el Leyendas es principalmente por ellos. El festival continúa creciendo todos los años (recuerdo que en 2011 los cabezas de cartel eran Obús), pero desde su llegada a Villena ha logrado alcanzar sus cotas más altas. con un recinto excelente (y, a diferencia de Wacken, libre de barro, ya que en
Villena la pista es de césped) y una zona de acampada que este año incorporaba algunas novedades, como zonas vigiladas y zonas de sombra. De hecho la acampada del Leyendas recibe siempre muchas e injustas críticas, pero su enorme virtud es estar pegada al acceso de conciertos (me IMG-20160809-WA0003repatean los festivales en los que tienes que pasarte la mitad del tiempo esperando en la cola de los
buses para ir de un sitio a otro). Vamos, que entre concierto y concierto te da tiempo a tomarte una cerveza en la acampada con los colegas y no te pierdes nada. Como no teníamos acceso a la acampada vigilada, instalamos nuestra base de operaciones en el autodenominado «Pueblo Libre», que por cierto desbordaba buen rollo.

DÍA 0 MIÉRCOLES (10/09/2016, fiesta de presentación)

Steffi de In muteLos promotores tienen desde hace varios años la costumbre de realizar una primera jornada gratuita de puertas abiertas, con el festival a disposición de cualquiera que desee pasar por allí. Seis bandas de cierto caché desfilaron por el escenario, inagurando el festival unas bestias pardas como los [In mute]. A los valencianos (foto de Metaltrip) les conocimos en su brutal show del Leyendas 2015, y desde entonces intentamos no perdérnoslos nunca. Aunque su cantante Steffi estaba lesionada de una pierna, no dejó de animar, menear las rastas, provocarnos e incluso saltar. La banda sonó como un tiro, y el público, que ya era numeroso, pudo disfrutar de un buen wall of death, del cual yo mismo salí malparado con una costilla fisurada que no dejó de doler todo el festival. Son realmente cojonudos y van a más.
Turno después para los Lords of Black, la banda de Tony Hernando en la que canta Ronnie Romero, un prodigio de la naturaleza que es capaz de emular a Ronnie James Dio. Ya hace un par de años que visitó el Leyendas con Rising, su banda de versiones de Rainbow demostrando de lo que era capaz. Baste con decir que Ronnie es el nuevo cantante que Ritchie Blackmore ha reclutado para la nueva resurrección de Rainbow. La música de los Lords of Black es poderosa y bella, y fue un lujo para todos los presentes contar con ellos. Con las últimas luces de la tarde salieron a escena nada menos que Fear Factory. El campo de fútbol estaba prácticamente lleno, pero la juerga, los pogos y las lavadoras de las primeras filas podían verse por las pantallas gigantes que la organización había montado, incluida una cámara aérea que discurría por una tirolina tomando imágenes cenitales del público. La banda de Dino Cazares dio mucha y muy buena tralla, quizá demasiada, porque por momentos parecía que el recinto se venía abajo.

IMG_20160810_210638Warcry llevaba tiempo anunciando su concierto en Leyendas 2016, que tenía como novedad la presencia de la sinfónica con la que grabó su disco. A priori bien, cojonudo, una historia que parece que molaría presenciar, que seguro que es muy interesante. Montaron sus sillas para la veintena o treintena de músicos que acompañarían a la banda y el concierto dio comienzo. Supongo que habrá quien piense que no estuvo mal, e incluso a quien le haya parecido un conciertazo, pero el sonido empezó desastroso. Los intrumentos se empastaban y los técnicos no lograron dar con el punto adecuado hasta casi el final, que por supuesto fue con Hoy gano yo, ese himno heavy tan flipante como flipado. El formato no daba para echarse muchos bailes, pero tampoco mi costilla dañada, así que en términos generales habría que darle a Warcry un aprobado raspado. Se comentaba por el festival que los músicos que acompañaron a Víctor no fueron los de la sinfónica de Gijón que grabó el disco, que no debía haber dinero suficiente para traerlos a Villena, y que había reclutado a músicos locales con los que solo se había ensayado un día. Yo personalmente hubiese preferido los cañones de queroseno que trae otras veces.

     

Cerrando la fiesta de inaguración, dos bandas que son carne del festival Mondo Idiota (y por supuesto no lo digo de manera despectiva). Los Mojinos Escozíos, habituales de este festival,
hicieron uno de sus conciertos habituales, es decir, bastante bien, salvo por las pegas técnicas que se encontraron (se les cayó el sonido hasta dos veces durante una de las últimas canciones, utilizando el IMG-20160816-WA0017Sevilla y el Puto todo su carisma para solventar la situación con dignidad). El Reno Renardo cerraba esta jornada gratuita, con un concierto prácticamente idéntico al que llevan durante toda su gira. Desgraciadamente, su último disco Meriendacena con Satán no es uno de sus mejores trabajos. Supongo que ellos mismos lo saben, porque no tocan muchas canciones de él y la segunda mitad del concierto y parte de la primera están basadas en sus clásicos como La navaja de trueno inmortal, Festival, Orcos de Mordor o Chicken es Pollo.

DÍA 1 JUEVES (11/09/2016)

Con la costilla convaleciente, tras conseguir la pulsera del festival llegamos con el tiempo justo para alucinar con Dragonforce, épica superépica que bien podría ser la banda sonora de un Anime. Son tan, tan buenos que hubieran lucido más si hubiesen tocado de noche. Pero la distribución de los carteles siempre conlleva injusticias. Seguro que Korpiklaani pensaban que merecían tocar en una posición mejor, pero los finlandeses no lo refrendaron con su mejor concierto. Todos los allí presentes sabemos que la banda te puede hacer explotar la cabeza, pero la comunión con el público y el ritmo del concierto resultaron algo raros, y dejaron a los fans del folk-metal con ganas de más. Ningún problema, diez minutos después, Celtibeerian hacían su espectáculo en el escenario pequeño. Fueron muchos los que se pasaron a escucharles, todavía con el recuerdo fresco de su soberbio concierto del año anterior en Leyendas. Nos gustan, y estuvieron bien, pero por desgracia la nueva disposición del escenario respecto a otros años estaba provocando algunos ecos que los técnicos no lograban reducir.

     

Descanso e hidratación en la acampada para tomar fuerzas y enfrentarse de una tacada a Steel Panther y Anthrax. El rollo de los angelinos es difícil de explicar, pero fácil de ver y comprender. Steel Panther, que fue una de las primeras bandas confirmadas para este Leyendas 2016, no tienen nigún himno inmortal en sus seis discos, y en muchas ocasiones sus canciones adolecen de alma aunque siempre estén impregnadas de esencia hard rock. Hasta me atrevería a decir que las composiciones de Poison son mejores que las suyas. Pero Poison nunca supieron reírse de sí mismos como lo hacen los Steel Panther, y ese humor es lo que les ha catapultado al éxito a pesar de su apariencia ochentera, que mira tú por donde, todo vuelve. Muy graciosos en ocasiones (como las coñas de Travis, aka Lexxi Foxxx con el espejo) y bastante pesados con el rollo de subir tías al escenario, pero muy bien en conjunto. Y tras la laca, tiembla el escenario. Las bestias neoyorkinas Anthrax están en Villena, con un sonido estupendo, con la voz de Belladonna en aceptables condiciones y un repertorio muy agradecido y equilibrado con el que no pude evitar meterme a las primeras filas, olvidando por completo la costilla dañada. Muchísima gente en las primeras filas, algún intento de mosh y miles de brazos levantados. El olor a sobaco era indescriptible. Fue un fiestón.

     

Una pasadita por el escenario pequeño a ver a los Badana (el sonido seguía dando algún problema) y a dormir. Ése era el plan. Pero un colega me pidió que le acompañara a ver Hamlet, que su chica quería verlos en primera fila. Haciendo de tripas corazón, nos plantamos a esperar junto al foso a que empiece el concierto. En el escenario de al lado, mientras tanto, Leo Jiménez. No tengo nada contra él (musicalmente me parece que su carrera en solitario es un truño) pero en los directos daría una imagen mucho mejor si no hablase tanto. Leo tendrá sus virtudes (preguntádselo a una chica) pero entre ellas no está la de hablar en público. Y no es ya por su vocecilla, si no porque le encanta decir chorradas como si fuera una especie de portavoz del mundo del heavy, y sólo de imaginarme a Leo como mi portavoz me entran sudores fríos. Pasado el tormento de escuchar Hijo de la luna, era el turno de Hamlet, que cerraban esa noche de festival. Yo deseando ver a Crisix y allí plantado, en primera fila de un concierto de unos Hamlet a los que dejé de seguir hace más de diez años (ellos se lo buscaron por cambiar de estilo musical como de zapatillas). Sin embargo el concierto estuvo cojonudo, el nivel de implicación de la banda fue altísimo y Molly se pasó casi todo el concierto encaramado a las vallas de seguridad del foso, cantando con la gente y tirándose sobre nosotros sin importarle mucho su seguridad. Mi reconciliación con la banda fue completa.

DÍA 2 VIERNES (12/09/2016)

La tarde empezaba tan fuerte que daba pena perderse algo. Renunciando con gran dolor a ver a Centinela, una banda que me encanta y que regresaba este año a Leyendas, estuvimos en Grave Digger (demasiado pronto, demasiada luz, pero muy buen concierto) y en Dark Tranquility (poderosas guitarras, pero un púbico demasiado tranquility), dos conciertos densos que daban paso a Skindred, una banda que por momentos toca todos los estilos y que hizo de su show una fiesta gracias a la voz y el carisma de su líder el cantante Benji Webbe. Sólo eran las siete de la tarde cuando salía a escena Udo Dirkschneider para cantar lo que, según él, será la última gira con temas de Accept. Aunque estés cansado, aunque el sol te pegue en los ojos, aunque se cayera el mundo, parecía necesario estar ahí para presenciarlo. Luego resulta que estuvo bien, pero quizá no tan bien como otros conciertos de Accept o del propio Udo en solitario que haya visto. Más conciertos sin descanso, salen a escena Eluveitie, interesantes e intensos, y allí nos quedamos a verlos esperando el concierto siguiente, nada menos que el de Childen of Bodom. Tremendos, incluyendo la cantidad de watios que metieron.

     

No dejaron una paliza en el cuerpo que hacía difícil enfrentarse al plato principal de la jornada, Avantasia, el macroproyecto del cantante de Edguy Tobias Sammet en el que invita a estrellas del rock a acompañarle cantando sus composiciones, tanto en los discos como en las giras de la banda. En esta ocasión contaba con Amanda Somerville, Jorn Lande, Ronnie Atkins (Pretty Maids), Bob Catley (Magnum), Eric Martin (Mr Big) o el hombre que grabó los Keeper of the Seven Keys, el gran Michael Kiske. Casi nada. Tanto, que pese a que Avantasia gozó de mas tiempo cualquier otra banda, el desfile de cantantes por aquel escenario convertido en castillo medieval fue incesable.

La Perrera y Bella Bestia con logoEl cuerpo estaba a punto de decir basta, pero tras un pequeño reposo agarramos un Delorean y nos plantamos en los años 80 para escuchar a Bella Bestia (ver foto), a los que nunca había encontrado en directo, y que hicieron un concierto ágil, bonito y potente a pesar de la escasa cantidad de público que nos habíamos reunido (la mayoría debía estar viendo vísceras y fuego con los Mayhem). Sí, ya sé que suena raro que con tantísimas bandas, el concierto que más me gustara fuese el de Bella Bestia, pero así fue hasta que los Venom les quitaron ese puesto al día siguiente. Terminado Bella Bestia, una pasadita lejana por Barón Rojo, posiblemente la banda a la que más veces haya visto en directo, pero a la que nunca niego un rato de escucha. De ahí, a morir a las tiendas de campaña. Pues no. La Horda Caudetana había reclutado a un buen puñado de habitantes del Pueblo Libre que pululaban por la acampada buscando más juerga, y las risas se prolongaron hasta casi la salida del sol.

DÍA 3 SÁBADO (13/09/2016)

Bochornorama: Gigatron en puto acústicoAlgunos miembros de la Horda no habían dormido ni una hora cuando a las diez de la mañana, con un sol de justicia, nos aventuramos en el pueblo de Villena para presenciar el concierto de los Bochornorama, el nombre bajo el cual hacen sus conciertos acústicos Gigatron. Como cualquier fan de Gigatron podrá imaginar, se trató de un completo despropósito realmente divertido, que consiguió que más de doscientas personas nos cociéramos bajo el sol durante hora y media mientras nos descojonábamos con las siempre heavys ocurrencias de Charly Glamour y su guitarrista Dave Demonio, que además tocaron (aunque de manera incompleta y deslavazada, como corresponde a la situación) todos los clásicos de la banda. Lo siento, no puedo ser muy objetivo porque soy muy fan.

La última jornada de conciertos nos pilla a todos siempre hechos polvo, con los hombros y la cara quemados, y en muchos casos con otras lesiones peores como la de mi costilla fisurada. Habíamos llegado al último día, pero el desafío era poder aguantar hasta Lujuria, el último concierto. Tras descansar hasta las seis, nos plantamos en el concierto de Powerwolf, muy powers ellos, con mucha actitud, con una imagen realmente cuidada, con un sonido bastante equilibrado e intentando empatizar (con poco éxito) con el público allí presente, que por cierto era numeroso y en algunos casos llevaban maquillajes imitando a la banda. Sin embargo no remataron la faena completamente y quedó un regusto extraño, una sensación de que aquello podría haber sido mejor de haberse hecho de otra forma. Antes de que nos de tiempo a pensar en nada saltan al escenario de al lado los Simphony X, con una propuesta de Metal entre clásica y muy clásica, composiciones cuidadas, buenos músicos, y una puesta en escena y una imagen de sus miembros que va de lo cutre a lo atroz (sí, me refiero a la máscara del cantante). Por no llevar, ni siquiera colgaron una lona con el nombre de la banda… un poco confuso, y la verdad, esperaba que Michael Romeo nos alucinara con increíbles solos de guitarra de principio a fin, y nada de eso.

   

Se imponía un cambio de tercio, y en el escenario pequeño estaba cayendo una bomba llamada Blitzkrieg. La banda inglesa descargó un poderos thrash metal sin aditivos que hizo que me olvidase de la costilla jodida hasta el final del festival, y todos los que tenían ganas de saltar y darse mamporros se dieron cita allí, formando violentas lavadoras. Imposible no unirse a ellas, y realmente agotador. Tranquilos, para descansar un poco, entran al escenario nada más y nada menos que Legion of Doom, lo cual consiguió que otras docenas de moshers se sumaran a la extrema juerga que estaba produciéndose. Lavadoras y mamporros en el escenario pequeño mientras los Nazareth iban a lo suyo en el principal. Ni idea de lo que hicieron, pero esperamos que les fuera bien.

Helloween son sin duda mi banda de cabecera, pero la banda que yo imagino en mi mente dejó de existir hace ya más de veinte años. Es además uno de esos casos en los que no parece posible de ningún modo una vuelta atrás, y ninguno nos imaginamos a Michael Kiske o a Kai Hansen regresando a la banda de Michael Weikath (vamos, yo no me imagino regresando ni a Roland Grapow). Andy Deris lleva la voz cantante desde Master of the Rings (1994) y todos conocemos bien sus virtudes y defectos. Entre sus virtudes está el chapurrear el español (creo que vive en Canarias desde hace muchos años), y gracias al vino, se encontraba especialmente gracioso y comunicativo. Respecto a su voz, como siempre, justa, justísima. El repertorio, en términos generales, estupendo, eso es difícil de discutir, ya que de los grandes clásicos cayeron los más esperados (aunque Halloween y Keeper of the Seven Keys fueron acortadas traumáticamente) y alguna sorpresa de los 90, como Soul Survivor. Soy de los que piensan que estos Helloween son un tributo a Helloween, pero la verdad es que de todas las veces que les he visto en directo, ésta ha sido la que más me han gustado. Otra pasada por el escenario pequeño nos condujo al concierto de Equilibrium, mucho más populares de lo que suponía, que abarrotaron su concierto de público imposibilitando casi hasta menear las greñas. Una vez allí entendí el porqué de su popularidad. Son una pequeña apisonadora.

      

Queríamos más juerga, así que esperamos a que los padres del black metal nos la dieran. Venom ya había estado en anteriores Leyendas, pero nunca me había molestado en zamparme entero uno de sus conciertos. La banda de Newcastle empezó el concierto con una furia desmedida, con constantes llamaradas (constantes, no como esas bandas que parece siempre que quieren ahorrar combustible) iluminándoles y quemándonos las pestañas, tocando una canción tras otra, empalmándolas como si fueran una, así durante casi media hora, sin detenerse un instante. Una intensidad terrorífica, un sonido tremendo, muchísimos watios y buena iluminación luciférica. Seguramente el concierto que más me gustó de todo el festival, una descarga tremenda de hora y cuarto en la que el público, de edades variadas, enloquecía formado pogos y lavadoras. Paradójicamente, una de las bandas más modernas y en forma del festi resultaron ser los Venom, a los que no querré perderme nunca más.

      

Angelus Apatrida son a día de hoy una de las bandas nacionales más respetadas en el planeta, y su fama ha traspasado fronteras hace tiempo. Basta con presenciar uno de sus conciertos para darse cuenta de que juegan en otra liga, que tienen un gusto exquisito para rematar las canciones y que las primeras filas de sus shows son una orgía de saltos, moshes, lavadoras y otras danzas thrashers. Sonaron fabulosos y nos dejaron con muy pocas energías para enfrentarnos al cierre del festival. Una IMG-20160815-WA0008vez más Lujuria, la banda segoviana, cerraba el cartel de este Leyendas del Rock 2016, sólo que en
esta ocasión La Perrera estuvo allí para poder contarlo. A pesar de horario y cansancio, varios miles de personas se quedaron a ver el concierto de la banda de Oscar, que arrancó muy bien para poco a poco ir perdiendo fuerza debido a que su show realmente duraba solo un rato, y el resto del tiempo se iba a dedicar a dar bombo al festival. Que sí, que nos encanta el festival Leyendas del Rock, y seguro que os merecéis todos esos premios que vosotros mismos os entregáis (tan absurdo como suena), pero un acto de este tipo o el de invitar a tocar una canción a una banda que ganó un concurso (como si en la música fuese atletismo y fuera posible realizar concursos de forma objetiva) no parece adecuado para el último show de un festival de cuatro días. Sobre todo porque aquellos miles de espectadores que habían aguantado hasta la madrugada del sábado para ver a Lujuria fueron bajando el tono vital, el público fue aburriéndose y una buena parte de ellos no llegaron a quedarse hasta el final, en el que pincharon por megafonía el himno del Leyendas del Rock que hace años hicieron Manuel Seoane y Lujuria.

Si estuvisteis en Leyendas del Rock 2016, espero que os lo pasarais al menos la mitad de bien que nosotros. Si no estuvisteis, os invitamos a viajar a Villena el año que viene y comprobar en vuestras carnes qué es un Leyendas. Mil gracias a Tere, Antonio, Christian, Eric, Marcos, Víctor Navarro, Irene, Víctor Montes, Adrián Casabuena, Panduken Bólico, Eloy, Ramón, Rubén y Lauri por formar parte de la acampada, y a Rubén, Yago, Héctor, Jero, Jordi, Andrea, Rako, Miguel, Farru, Guillermo y Cristina por compartir vuestros ratos conmigo. ¡Nos veremos en la próxima, ojalá sea antes!

 

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