Modificando una Strat (IV – Pulido)

Aspecto de la nitrocelulosa seca

Hemos pintado y barnizado el cuerpo de nuestra guitarra. Finalmente hemos dejado secar las capas de nitrocelulosa casi 40 días, lo que debería ser más que suficiente. Si hemos sido cuidadosos con los sprays, el resultado será estupendo desde media distancia. Si observamos de cerca podremos notar que el acabado es ligeramente rugoso, similar al de la piel de naranja pero con grano muy poco acusado. El paso siguiente para lograr una guitarra con brillo espejo profesional pasa por lijar todo el cuerpo. Tras el palizón que os habéis metido pintando todas las capas de la guitarra, la decisión de lijarla suele dar bastante miedo. Tanto esfuerzo por dejarle un buen acabado para ahora volver a lijar… pero si lo que queremos es un acabado profesional más nos vale armarnos de valor y agarrar la lija de 2.000 y un plato con agua.

Hora de las confesiones; es la primera guitarra que un servidor pinta en su vida. Tras muchas horas viendo vídeos, ocurrió lo de siempre. Cada maestro tiene su sistema, no todos se parecen, y hay que decidir qué método o métodos aplicaremos a nuestro instrumento. Había muchas posibilidades diferentes, y si al final nos hemos decidido por este método mixto fue por su sencillez y no requerir de ninguna maquinaria específica. Aunque algunos luthieres empiezan el pulido con lija de 1.000, aconsejamos hacer todo el trabajo con lija de 2.000 desde el principio, especialmente si no tenéis mucha experiencia con lijas al agua.

Aspecto tras los primeros lijados

Con mucho cuidado y muy despacio, mojando siempre la lija de 2000 en agua antes de aplicarla, empezaremos lijando las superficies planas con pequeños movimientos circulares. Cuando notemos que el agua se va transformando en una pasta blanca, dejaremos de lijar. Limpiamos con un papel (como lo haría un tatuador) y observamos con cuidado inclinando la guitarra para que la luz le incida en todos los ángulos. Tras cuatro o cinco pasadas (con mucha paciencia para no dañar el barniz) veremos que poco a poco el brillo de la superficie va desapareciendo, mientras quedan algunos puntos brillantes repartidos por la superficie. En estas zonas el barniz tiene un espesor ligeramente inferior (las irregularidades de piel de naranja) y habrá que seguir lijando unas cuantas veces más hasta esos puntos brillantes desaparezcan del todo. Ahora es cuando os alegraréis de haber aplicado 12 capas de nitrocelulosa. No os vais a arrepentir de ninguna de ellas.

Importante; tapar los agujeros de los tornillos para que no entre agua durante las tareas de lijado. La mejor solución es meter en ellos un poco de cera como la que usaremos para ababar el pulido. Cuando hayamos terminado podremos sacarla con un palillo, y habremos evitado que la madera absorba ese agua y pueda hincharse ligeramente en esas zonas. Yo no tapé los agujeros el primer día y ocurrió. Por suerte fue poco, y en zonas que van a quedar tapadas bajo el golpeador. No cometáis mi error y tapad los agujeros de toda la guitarra con cera.

Cuando veais que todo el cuerpo de la guitarra carece de brillos, incluidos los bordes del instrumento, habremos terminado. A esas alturas, pasar la mano por el cuerpo de la guitarra será una eperiencia alucinante, ya que comprobaréis que está tan suave como una guitarra recién fabricada. En este punto podríamos completar el pulido directamente con un pulimento o aplicarle unas capas de cera de carnauba para protegerla y darle brillo.

Eliminados los brillos

Ya que es improbable que a mano hayamos logrado dejar la guitarra ausente de marcas, por pequeñas que sean, haremos una primera aplicación de pulimento. En nuestro caso será el Guitar Gloss de GHS, de apariencia cremosa. Aplicaremos sobre un trapo y después sobre la guitarra, hasta que se forme una fina pasta. Esperaremos unos pocos minutos y pasaremos un trapo de algodón muchas veces por la superficie. A medida que eliminemos ese polvo, podremos comprobar que la superficie de la guitarra mejora visiblemente. Si no nos satisface el resultado, repetiremos con el pulimento. Cuando nos agrade el resultado, procederemos a plicar varias capas de cera de carnauba para terminar de proteger el cuerpo de nuestro instrumento. De igual manera, repartiremos una cantidad de cera por toda la superficie, extenderemos y dejaremos secar unos minutos, después retiraremos los excesos con un trapo de algodón y frotaremos suavemente hasta sacar el brillo. Tres capas de cera en cada cara y bordes protegerá eficazmente de arañazos.

Hemos terminado. Si habéis seguido las instrucciones con cuidado, ahora deberíais tener entre vuestras manos un cuerpo de guitarra con acabado espejo y un tacto suave, pulido y alucinante. Pero no nos vamos a parar aquí. En la próxima entrega, cambio de mástil.


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